Un taxista londinense ha decidido compensar la pérdida de ingresos debido a las restricciones del tráfico por los Juegos Olímpicos convirtiendo su vehículo en un hotel con numerosas comodidades, como un frigorífico que funciona con energía solar y un iPad, según ha informado el periódico 'Daily Mail'.
David Weekes alquila su taxi por 50 libras (unos 62 euros) la noche.
En el interior, hay un colchón de espuma viscoelástica, una almohada, un edredón, una lámpara de lectura e incluso un oso de peluche Paddington. También contiene sillas y una mesa portátil para los turistas que quieran descansar fuera del coche. El propietario tiene únicamente dos reglas inquebrantables: no está permitido fumar ni entrar con mascotas.
Weekes confía en ganar "unos cuantos cientos de libras" con su iniciativa y asegura que ofrecerá a los visitantes "una auténtica experiencia londinense". "Conozco la ciudad como la palma de mi mano, así que puedo dar una información que no te ofrece un hotel normal. Es algo muy diferente y pocas personas podrán decir que han pasado la noche en un taxi londinense", ha explicado el taxista.
Los huéspedes tendrán privacidad por la noche, pero deberán organizarse por la mañana para que Weekes pueda trabajar. El taxi podrá estacionarse donde desee el turista, siempre que sea un área con permiso legal para aparcar. Un detalle importante es que, evidentemente, el vehículo no tiene baño, pero el taxista ofrece el lavabo de su casa o cualquiera de los aseos públicos de la City. El vehículo está disponible para reservas en el portal de alojamientos privados Wimdu. Todavía quedan días libres para reservar en julio y agosto.
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