lunes, 2 de julio de 2012

Asesina a su cuñada por no dejarse violar

La calle 116 del barrio El Gaitero estaba oscura, como siempre, pero llena de vecinos. Todos salieron a socorrer a Luis Miguel Patiarroy Acuña (24 años), quien corría y gritaba desesperado y con su hija en brazos. Vociferó a todo pulmón que dos encapuchados entraron a su casa y apuñalaron a Geraldine Verónica Pineda Gallardo (19), su cuñada. Antes de irse, le dijeron que la mataron "por sapa".


Una de las vecinas corrió y le quitó a la bebé, de ocho meses de nacida, de los brazos. Luis llamó por teléfono a su esposa, Yenny, para decirle que habían asesinado a su hermana. La muchacha estaba en el piso, detrás de la puerta, con una herida en la espalda y una en la cabeza. Aún tenía el cuchillo clavado en el cuello. Murió con los ojos abiertos.

Eso ocurrió el sábado a las 7.30 de la noche. A las 8.30 llegó Yenny desesperada y cuando escuchó la versión de su marido, negó con la cabeza. Ambos fueron a la sede de la Policía científica para pedir que iniciaran la averiguación del crimen. Los encapuchados, según Patiarroy, lo amenazaron con el cuchillo y le dijeron que se calmara, que solo la buscaban a ella.

Fue lo que declaró en la sede de la Policía, pero los sabuesos fueron más astutos; vieron sus ademanes y media hora después le pusieron las esposas. Yenny ya no lloraba solo por la muerte de la menor de sus hermanas, sino porque no sabía cómo decirle a sus padres que su marido, al que mantenían, era el asesino de la futura estudiante de Veterinaria.

Los hechos

Fue por acoso sexual. Eso lo repitió una y otra vez Aura Gallardo mientras esperaba el cuerpo de su hija en la morgue forense. La acompañaba el novio de la muchacha, la esposa del asesino, sus primas y algunas amigas. Están desconsoladas.

Geraldine y su familia son naturales de Casigua El Cubo, en el Sur del Lago de Maracaibo. Cuando salió de bachillerato viajó a Maracaibo para estudiar. Su padre, preocupado por su seguridad, le compró una casa en el barrio El Gaitero y le pidió a su hermana Yenny que se mudara con ella. La mujer se llevó a su marido.

Hace un año Aura recibió una llamada que la alarmaría. Geraldine le dijo que, pese a que ella se negaría, se mudaría a una residencia porque el marido de su hermana la acosaba. No se sentía segura y el detonante fue una madrugada, cuando la despertó una fuerte luz en sus ojos: Luis la fotografiaba dormida.

Yenny sabía lo que pasaba, pero no dejaba a Luis. Lo conoció hace poco más de un año. El hombre no trabajaba, vivía en la casa que sus suegros habían comprado, pirateaba ocasionalmente en la ruta El Gaitero-Kilómetro 4, en un carro viejo que su esposa compró, y adquiría crack con el salario de su mujer.

Aura ató todos los cabos y sacó su propia conclusión. Geraldine regresó el sábado en la mañana de Casigua El Cubo porque Yenny le pidió que le cuidara a su hija mientras ella trabajaba en una farmacia. Aunque ya se había mudado, Geraldine regresó ese día a cuidar de su sobrina. A las 7.10 de la noche la vieron comprar cuatro empanadas en la barriada.

Los vecinos la vieron entrar y luego vieron llegar a Luis. No supieron de nada. Aunque algunos aseguran haber escuchado gritos, pensaron que se trataba de una discusión de pareja, tan frecuente en esa zona. Luego salió Luis con la algarabía y en unas horas la comunidad tildó a Geraldine de delincuente. Ayer en la mañana supieron el nombre del criminal.

Aura explicó que cuando llegó a la casa donde murió su hija, estaba todo el cuarto desordenado. Luis presentó heridas en la mano, por lo que cree que atacó a su hija; ella tomó un cuchillo y se defendió, pero él pudo más y la asesinó, todo frente a los ojos inocentes de la niña de ocho meses.

Preso

La reputación de Patiarroy es dudosa en el sector El Gaitero, en la parroquia Luis Hurtado Higuera. Los vecinos dicen que desde joven lo vieron consumir marihuana y que ahora compraba crack. Criticaron que aunque su mujer le dio un carro "destartalado" para que trabajara, él solo lo utilizaba cuando quería comprar alcohol. "Pero las mujeres somos así, sabemos que el hombre no sirve, pero no lo dejamos", comentó una conocida.

Patiarroy, ya en la sede de la Policía científica, aseguró que la muchacha se metía en los problemas de la pareja y que por eso mantenían el conflicto. Está detenido desde el domingo en la noche, cuando confesó su crimen.

Una vecina aseguró que Luis dijo en la Policía que uno de los encapuchados se llevó el cuchillo, "pero yo vi con mis ojos cuando él mismo se lo sacó del cuello".

0 comentarios:

Publicar un comentario